Cualquiera hubiera previsto que, cuando la cuaresma fuera más una maceta que una laptop, yo me derrumbaría. La vida y las Dioscidencias hacen que no me invada la pena. Por estas fechas, hace dos años, la cuaresma fue a parar al hospital. Cuando volvió estaba con la mente en blanco, lo que significaba que había perdido, entre mil documentos más: los primeros dos o tres capítulos de la tesis de neurociencias, música, fotografías y emails. En esa ocasión también fue prudente la cuaresma. Colapsó en medio de otras pérdidas realmente importantes. Como sucede ahora.
Despedirme de los primeros capítulos de dos novelas inconclusas y tener que sujetar con mi mente imágenes que se fueron al limbo de la tecnología, son las menores de las tribulaciones del momento. Ahora es momento de decir gracias y adiós a una vida compartida, a una sonrisa que cada día se volverá más y más ajena. Son cosas que pasan y que deseamos que pasen para bien de todos.
Melancolía se respira en el ambiente. Melancolía y silencio hasta que llegue el piojo que tratará de no ensuciar la ahora muerta memoria de la cuaresma. El resto lo cura el tiempo y se lleva mejor con Santa Mano sujetándome fuerte.
Hace 4 semanas.
Se te rompio el pc? Es por eso que estabas tan calladita? Nena, la proxima vez avisa que tengo dos... y no me importa prestarte uno. Y guarda siempre una copia de seguridad en un pendrive...
ResponderBorrarYo también he sufrido mucho - y varias veces - de esas pérdidas que te dejan el corazón hecho un guiñapo. En fin, de todo hay que aprender. Ánimo y besos.
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