El blog de Pucca está en obras. Vuelvo pronto, ya casi queda

19 octubre 2006

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Pérdidas, perdida y gracias.

Claro que los viajes ilustran. Ilustran a tomar precauciones. A Hacer paciencia. A estar preparados para imprevistos. Es una chulada esto de viajar. Hoy ¿si fue hoy? ¿No fue hace un mes? No, no, no. Si fue hoy. En la madrugada de Birmingham, fueron necesarios dos trenes para llegar al aeropuertos. Siempre, durante hora y media, presintiendo que iba a perder mi vuelo a Zurich.

Si presentí y sí se cumplió, pero no como pensaba. Ese vuelo si lo tomé, pero antes sí perdí. Me decomisaron mi crema para cerrar los poros, mi brillo de labios, dos rimel, mi polvo traslúcido, y ¿por qué no? mis gotas. Ante policías ingleses que hablan ingles de Inglaterra, ni que decir, quédense con todo y píntense los &/$%&(&$.

Primer vuelo lo tomo a tiempo, y el se toma el tiempo del mundo. El capitán, la torre de control y la neblina usan mis únicos cuarenta minutos que tengo para hacer mi conexión. Justo 40 minutos después de la hora oficial de salida, salimos. Pos ya que hago. Flojita y cooperando, pensaba. Perderé mi vuelo a Barcelona.

Me bajo del avión con la calma del mundo me dicen que debo ir por mi maleta y hacer check in. De pronto me fijo en los monitores y veo que mi vuelo estaba retrasado por diez minutos. Lo podía lograr. Rebasé transeutes viajeros, para llegar a la banda de equipaje. 2, 4, 6, 8, 10 minutos y nunca salió mi maleta. Nuevamente me resigné a perder mi vuelo, pero, no mi maleta.

Me dicen que mi maleta está lista para viajar a Barcelona, pero mi vuelo ya se fue. Sin mi. Creo. O sea, creo que debo desprenderme de él. No era mi vuelo, era ese vuelo sin mi. La compañía aérea asumió la responsabilidad y me dieron asiento para el siguiente avión con destino a Barcelona. Cinco horas después.

Ahora pensaba en cómo avisarle a Jaim, que no iba a llegar a las 2 sino a las 7pm. Entré a Messenger y no había nadie conectado. Claro, siendo las cinco de la mañana en León, solo una Zamorán puede estar conectada. Y no, ahorita León está escaso de esa calidad de elementos.

Así que mandé correos a Juan Luis, Jaim, Gianluca, Mamá, para dar aviso. Nadie respondió. O sea, en unas horas yo iba a estar perdida para Jaim.

Llevamos 3 pérdidas, mis cosas, avión, maleta y una perdida, yo. Finalmente el día fluyó y pasé cinco preciosas horas entre preciosos olores. Chocolate, chocolate y chocolate. Tomé mi avión final.

Llegué y toda pérdida valió la pena al ver a mi María Joaquina esperándome en el aeropuerto. Soy feliz por verla, por sentirla, por escucharla hablar, por estar aquí.

Gracias avión que se fue sin mi, gracias policías que me de
comisaron mi medicina, gracias maleta, gracias Dios.

Ahora veremos que tantas maravillas veo en este ciudad, de la que amenazaron, me voy a enamorar.

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