El blog de Pucca está en obras. Vuelvo pronto, ya casi queda

15 octubre 2007

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¿Soy yo?

Antes, cuando había sucedido, me tranquilizaba diciéndome que así era la vida. Hoy creo que esto que sucede en “mi vida” pasa solo en la vida mía. Un día somos uno mismo tipo timbiriche. Al siguiente, hay silencio y desaparece la historia en común. Ahora que hago recuento, ha sucedido muchas veces. No siempre es igual. Cada caso, por personalidades, edad, género e historia se ha desarrollado distinto, pero el final, es el mismo, es el fin.

Tal vez algo sale de mi bocota. ¡Seguro! Un tamaño como este no ha de haber sido diseñado para mantenerse cerrado y silencioso. Otras veces, no fue tanto lo que dije, sino lo que interesa al otro, y yo no tengo. Es extraño, porque estoy hablando de amistad. Una relación que se mantiene desinteresadamente y ¡zas! de pronto algún interés se cruza y da en la madre a la amistad.

Hoy estas ideas me atropellan. Más bien, me agarran del esófago, me estrujan y bloquean la boca de mi estómago. Angustia, le dicen. Me cuesta mucho trabajo creer que tengo relaciones maravillosas larguísimas y muy nuevas, llenas de cariño, respeto, compañía y contacto. Y, al mismo tiempo, en algún buzón hay emails míos sin responder, y en algún teléfono hay llamadas mías sin contestar o devolver.

Juntando todos los casos, me parece imposible agendar un café con cada uno de esos seres que han decidido apartarse de mí. Imposible o inútil. Existe la libertad de pensamiento y la de acción. ¿Para qué pedir explicaciones que no tienen necesidad de salir de ningún corazón? ¿Verdad que no tiene caso? Tal vez, pero eso no me quita las ganas de preguntar.

Pero llega un momento en que son tantos emails y llamadas en un solo sentido, que algo que dice que ese es un mensaje. Mensaje que fuera mejor de entender mi me lo explicaran con manzanitas. Ante ausencia del tal, no me queda más que la sospecha de que el otro ahí le quiere parar con la amistad, la relación, el pleito o el negocio. Cuando llego al punto de borrar el número telefónico o el contacto en Messenger, no es que lo haya aceptado, es que creo que lo debo empezar a aceptar.

No puedo culpar a nadie, tal vez, algún día yo lo hice también. Tal vez, un día no devolví una llamada. Tal vez, un día no conteste emails. Tal vez, alguien cree que he olvidado nuestra amistad, y sin embargo no es eso, sino que la vida me lleva, los días pasan, las horas no alcanzan. ¿Estúpida excusa? Si, yo también digo eso. Cuando se quiere se quiere, se busca y se está, cuando no, no.

Ya lo he dicho, soy estúpidamente sensible. Me acuso de querer que me quieran. De que, a pesar de mi bocota, mi gente me tenga a mi y yo la tenga a ella. Hay razones para escribir, y mi razón de hoy es el dolor por esos emails no respondidos, por las llamadas no devueltas y las visitas no realizadas. Borrarte de mi celular o de mi Chat no alivia mi dolor, solo evita que se vaya de mi, un pedacito mío más, que no volverá con ningún mensaje de respuesta.

2 comentarios:

  1. Pily!! Me encanta el nuevo diseno de tu blog, esta hermoso!, ademas me hiciste llorar, no se por que, creo que ando un poco sensible... eso se me da un poco por estos rumbos...

    Te quiero!
    Paty Diaz

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  2. Por esos y por todo punto cardinal lejos de México! Que si sé de eso!. Gracias por las porras al diseño. Gracias por leerme y gracias por estar, un poquito lejos, pero estas.

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