El blog de Pucca está en obras. Vuelvo pronto, ya casi queda

11 enero 2007

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Un kilómetro

Que ¿qué siento cuando nado? Varia cosa según el día. Y, según me concentre en eso. Estos días en que volvía a nadar, solo lo estaba disfrutando, sin revisar lo que pasaba. Hoy si me fijé. El agua, es más ligera que en Mx y León. Se siente más agua y menos cloro. En cuanto a la relación mía con ella, es suave. Tal vez, como dice mi tocaya, empiezo a fluir. En el agua, en Bham, en la vida.

Cuando me di cuenta, ya llevaba 800 metros. Y pues me digo, chin marín, me echo los otros 200. Y sí, que me los echo. Salgo airosa. Mientras me seco, bailo ¡Shakira, Shakira! Esto es felicidad y cansancio. Ante esto, me rindo y me rehuso a posponer mi tan valorado, y ahora necesario, baño. No puedo ni quiero esperar media hora. Lo necesito, ya. Así que lo tomé, disfruté que agua caliente acariciara mi espalda, brazos y piernas, cansadas. Eso sí, mis chanclas no me las quité.

Volvemos a casa y preparamos algo rápido de comer. Me siento, y empiezo a saborear un delicioso pescado al limón. ¡pescado! ¡nadar! ¡agua! Siento una extraña culpa. Tal vez como les pasa a los vegetarianos. ¿Acaso el había disfrutado del agua tanto como yo? ¿el amaba nadar como yo lo hago? Uts. Pasan dos segundos…¡Al carajo! Más le vale haberlo disfrutado, porque su vida, evidentemente, ya se acabó.

Y acá empieza el año académico. Mis niños van llegando poco a poco. El sábado reabre el pub que está debajo de mi departamento. Me están llegando formatos para registrarme como voluntaria en varias actividades. Empieza mi época de exámenes de cada bimestre. Y me doy cuenta que en Mx, también hay noticias. Va a empezar la feria de León. ¡Los gallos! La guerra contra el narcotráfico se mueve, cual “Circo Hermanos Vázquez”, es estado en estado. ¡Ah! Y se va a elegir al presidente del PRI.

Que ¿Qué me importa quien sea el presidente del PRI? No mucho, pero leer noticias al respecto me hace recordar una historia y, a una persona. Según fuentes confidenciales, Enrique Jackson, originario de los Mochis, fue compañero en la secundaria de mi papá. “El charrito de oro”, así le decían a mi papá. Después de esa etapa, cada uno siguió su vida, uno haciéndose político y, otro, haciéndose papá mío y de otras tantas chicuelas. Por eso, y solo por eso, me gustaría que Jackson ganara.

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