El blog de Pucca está en obras. Vuelvo pronto, ya casi queda

20 agosto 2006

2

Miedo a la vida

Desde hace varios años no temo morir. Que suceda,es lo único seguro que tengo. Creo que mis amores han recibido suficiente de mi y yo me he derramado de tanto cariño. No quiero morir, pero no temo hacerlo. Podría pensarse que soy valiente, temeraria y desafiante a algo que muchos temen. Pero no, no lo soy.

Sí tengo miedos y hay uno muy especial. Me da miedo lo que sucede mientras no haya muerte. La vida y sus inconsistencias. La vida, de manera constante, regala y quita. Pone en el camino patines para fluir mejor en el asfalto de los días y adereza los momentos con limón y chilito. Pero, también, provoca esas llamadas agrias por teléfono y desaparece la paz ante la invasión de preguntas: ¿por qué? ¿qué pasará?, etc.

Soy muy muy cobarde. Temo a la vida. Me atemoriza saber que cuando he logrado la mezcla perfecta para matizar mi vida, la vida, no la mía, sino la que todos vivimos, me cachetea. Me obliga a tener nuevas visiones. Ya lo decía yo en mi descripción del blog: no sigo un plan, sigo los días. Y eso es porque los planes están solo en dos de mis neuronas, a la vida le importa un bledo lo que quiero. Es más, nunca me lo ha preguntado. Solo cada mañana ambas amanecemos y seguimos el día. Yo tomo decisiones y si le parecen lo mejor, acepta. Pero si cree que necesito lecciones para ser mejor persona, alinea planetas, desgasta vértebras, altera hormonas, para que yo aprenda.

Como no tengo manera de hablar con ella, aquí mismo le dejo el mensaje. Vida mía, si he de aprender mil cosas más, adelante. Embelécete arruinando mis planes. Disfruta abrir nuevos caminos para mi. Disfruta cerrar otros tantos. No me da miedo aprender a ser mejor. A lo que temo son a tus maneras. No te ofendas, pero en mi humilde opinión, a veces ya ni la chingas.

Ándale, sigue de creativa. De ti diremos muchas cosas, de mi, diré que al menos lo intento. Intento caminar tus caminos espinosos, intento dormir en tus noches dolorosas, intento salvar mi cuerpo corroído, intento respirar el aire a veces angustiante que me das. Intentarlo ya es mi victoria.

Además, sé que siempre hay una parte en que regalas. Y, aunque ya he recibido muchos regalos de ti, estoy segura de que vendrán más. Vendrá lo que sabes que quiero y lo que sabes que no sé que quiero. Por eso digo, ándale, sigue de creativa y sorpréndeme.

2 comentarios:

  1. Y sí, la vida a veces da más miedo que la muerte. Porque, total, muerto ya te llevó la mierda y ya nada importa. Pero aquí en el mundo de los vivos un pequeño movimiento puede generar una catástrofe.

    Quizá persiste el afán de control, la actitud ejecutiva. Aún cuando a diario, luchemos por sólo fluir, y ahí está el gran conflicto, dejar de luchar y sólo fluir, no ambas.

    ResponderBorrar
  2. Fluir es un hábito. Quienes aprendimos la actitud ejecutiva, debemos luchar por fluir. Pero si, el fin es fluir fluyendo sin ninguna lucha. Sigamos intentando fluir, tal vez mañana solo fluyamos.

    ResponderBorrar