El blog de Pucca está en obras. Vuelvo pronto, ya casi queda

29 mayo 2010

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Si las alas hablaran

Las alas crecen, se extienden, se vuelven flexibles, adquieren vida propia y, pasado el miedo, me entrego a su labor, a dejarme llevar por el viento. En la misma línea de la naturaleza, un día esas alas pierden plumas, se vuelven rígidas y se resisten a vivir.

Comprendo que es tiempo de permanecer, de aceptar que ya no hay que dejarse llevar por el viento, que hay un nido que construir para esa época en que las alas cambien de plumaje. Porque no creo que no vuelvan los días en que pueda volar otra vez, me siento tan acostumbrada a no sentir arraigos a lugar, tiempo y personas. Aunque del futuro poco sé. Igual y mutaré en algo que no requiera volar, en algo que se aferre a la tierra con la fuerza de sus garras, algo que defienda su territorio con fiereza. Tal vez, y no suena mal. Nada suena mal sino saber que se es lo mismo y siempre será así. Eso no es evolución. Los lienzos no fueron creados para quedar en blanco.

Por lo pronto, me duele la rigidez, me asusta dejar un patrón mental que me reclamaba ser libre de adueñarme de nada. Pero sé que es cuestión de etapas, inicia una nueva donde no sé qué deberé desarrollar para sobrevivir y para continuar con mi búsqueda. No dejaré de aceitar mis alas por si un día requiero alejarme de nuevo y por si un sábado despierto con la certeza de que debo investigar futuros ambientes. Me refugio en el recuerdo de la brisa, en la calidez del sol y en el reconocimiento a mi habilidad de mimetizarme y ser feliz en cada adaptación.

2 comentarios:

  1. Un besazo enorme, mi Pucca querida!! Y si tus alas vuelven a florecer... mira a ver si el viento te trae por aqui...

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  2. Tengo la impresión que tu intención de no aferrarte puede continuar. No tiene que ver con quedarse en un sitio geográfico, sino con quedarse en un sitio mental, emocional o espiritual. Siempre que seas capaz de soltar el pasado, el dolor, la tristeza, los agravios, y también el placer, el deseo, entonces tus alas siguen siendo libres. Soltar, volar, liberar, ese sigue siendo tu camino donde quiera que permanezcas o te vayas.

    Podrías ser turista del mundo, errante geográfico y sin embargo, ser un sedentario necio del espíritu. Quizá es sólo cuestión de replantear para qué quieres las alas, si son para la libertad o para la huida.

    Por mientras, úsalas pa visitar el defectioso, qué dices?

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