El blog de Pucca está en obras. Vuelvo pronto, ya casi queda

24 noviembre 2007

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Desfile del 20 de noviembre

22 noviembre 2007

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Censurado

Una hora por autopistas y una hora y media cruzando la ciudad, ¡claro! respetando las señales de tránsito. Es mi recorrido para ir a terapia física. Con tanto tiempo, mi atención necesitaba foco. En eso, escucho la canción de "vendedora de caricias".

Cuando la escuché por primera vez, me pareció linda. Pensé en cuánto se repetiría la historia de gente que paga por compañía, caricias, por tiempo en que dejen de pensar en alguien más. Por supuesto, existe el otro lado de la historia. Cuantas historias habrá de quienes venden caricias, fantasías, compañía. Me pareció una manera tierna de contar lo que pasa de pronto en una relación comercial, como lo es la prostitución. En eso pensaba cuando, la frase : "quedate un poco más, que esta noche estoy muy solo, no me quiero suicidar", sonó en la radio, pero sin la última palabra. CENSURA.

De entrada, suicidio, es una palabra fuerte, con pesada carga emocional. Además, alguien pudiera escuchar la canción en medio de una crisis existencial, y de pronto, esa palabra, podría darle ideas que no queremos que tenga.

La censura, la dicta el que puede y quiere proteger. No solo la radio, el gobierno, por ejemplo, nos oculta detalles que cree que no estamos preparados para saber. ¡Dicen! que el Vaticano hace lo propio. Que hay archivos vetados y, aterrizo más. Yo misma, he censurado para proteger.

Y me quedo fría. Esa protección ¿es para los otros? o ¿es para quien la planea? Será que quien sí sabe algo, ¿no podría con la reacción del otro? Y se escuda en el argumento de que el otro no está preparado para ello. Acaso ¿no es responsabilidad de cada uno, estar preparado o no? Hablando de adultos, por supuesto.

O será que, gobernantes tienen el permiso de decidir para que estan preparados sus gobernados. Será que todos tenemos el permiso para dosificar información. Si yo lo hago, ¿quién lo hace conmigo? ¿Alguien prefiere no decirme algo porque cree que no podría yo con eso?

Yo no sé si es mi espíritu metiche o mi verdadero derecho a saber, pero no me gustaría que me trataran como no preparada. No estoy hablando a favor de nada, solo cuestiono la razón de ser censurada. En mi pequeño mundo, al menos, no quiero que me censuren. Así que lectores míos, como yo no os censuro que no sea yo censurada. Se ha dicho.

10 noviembre 2007

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Que chinga me puse

Hice mi berrinche. Dejé pasar y que se instalaran las más negras mareas. Por fortuna, solo un ser me vió así. Ya pasó, y si vuelve a pasar, recordaré su imagen imitándome y me reiré. Respiraré imaginando la luz cálida, sentiré los árboles frondosos y lo que eso significa, volveré a ver a mis hermanas, la sonrisa de Lucas, la montaña que va a todos lados y los cuadros de colores. Todo eso me volvió a lo que soy, todo eso terminó con el mal momento.

Es cierto que hay cosas imprevistas en la vida, es cierto que pasan cosas que no quisiera que pasaran... pero, también es cierto, que nada de eso es más grande que yo. No soy fuerte ni valiente, pero si soy grande. Lo suficiente para que cada asunto sea solo eso, no me absorba, no me robe lo que soy. Haré ejercicios de poca racionalidad y dejaré entrar a los sentimientos. ¿Cuántas veces me he propuesto eso? ¡Muchas! pero, quizá, no suficientes veces. Y supongo que lo deberé seguir haciendo cuanto sea necesario.

Viví un huracán, devastador, que pretendía arrasar con todo, sin embargo, estoy entera. No tengo un rasguño. Es increíble como un momento tan oscuro sea realmente un momento, no sea algo definitivo. Me caí y pude levantarme, pedí ayuda a tiempo. Mi imitador dice que eso se vale y que puedo volver a hacerlo, cuanto sea necesario, siempre y cuando lo que quiera es levantarme después.

No hay nada que explicar, esto es mi evidencia de lo que sucedió ayer y soy yo quien debe aprender la lección. Y, el punto más importante a aprender es que nada, absolutamente nada, me disminuye. No quiero que nadie diga "pobrecita Pucca", no es esa mi misión en la vida. Nada de pobrecita, ¡pobrecita mis polainas! Si soy re cabrona y bien que disfruto la vida y lo que me he ganado en ella, que es un chingo.

Así que a seguir caminando caminos, abriendo y cerrando puertas, que espacios para descansar siempre habrá y que, ojalá, sea yo que decida cuándo parar un poco a tomar aire y pensar, o solo tomar aire y no pensar.

¡Sea así y a chingar! que la vida es para andar haciendo chingonerías, no para estar chingando ni para sentirte de la chingada, sino para ser chingona ¡pos que chingaos!



08 noviembre 2007

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Basta ya

Labilidad emocional le dicen. Ayer festejé lo que llevo de vida, y hoy siento que si, muchas gracias, pero ya.

No es cuestión de años, es cuestión de fuerza. En esta vida, hay que tener fuerza física, emocional, biológica e intelectual. A mi, como en la canción, se me acabó la fuerza de la mano izquierda. También, la de los pies, del alma, del corazón, de la cabeza, de los brazos, toda mía perdió fuerza.


Podría poner un letrero en los postes de las principales ciudades que diga “cuantiosa recompensa a quien me devuelva la fuerza”. Si, podría hacerlo. Podría, del verbo, no lo haré.

En teoría, y en mi humilde experiencia, cuando no hay luz que permite ver dentro de ti mismo, un día, simplemente amanece y no recuerdas como era no alcanzar a creer en ti, en la vida y en lo maravilloso que es vivir. Entonces te descubres curado de la desesperanza.

Supongo que si pienso que pronto llegará ese momento, es que no estoy tan desesperanzada del todo.

07 noviembre 2007

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Gracias de corazón completo y festejado

Queridos radioescuchas…. Lo de lectores no me gusta porque es como muy parcial, como echar ojo a lo escrito y ya. Y no, lo que a veces escribo no es para solo informar, sino para sentirme escuchada y pues ni modo que diga yo: queridos lectorescuchas… no, no suena. No me gusta.

Pues bien, ayer fue mi cumpleaños y quiero compartir algunas apreciaciones.

Fue un día de córrele. Desde temprano acomodando las últimas cositas sobre mesas. La Ridis vino en ayuda con “bomba” y medicina en mano para la festejada. A penas me salía de bañar y llegó la Marce… luego ya fue una entradera y salidera de gente amada.

Son 33 años, edad a la que varias veces dudé en llegar, y pensaba, que de hacerlo, me iba a intrigar si es verdad que es la edad de la sabiduría. Un día más de esa edad y yo me siento cero sabia. Eso si, me siento haita de dicha. Recibí abrazos pendientes, visitas maravillosas inesperadas, gente que siempre ha estado y estará. Ora si que, viví para contar que festejé mis treinta y tres.

Con coca-light festejamos mi regreso reciente y mi partida próxima. Festejamos años de amistad. Festejamos la familia tan chula que tengo. Festejamos que camino tiesa pero libremente. Que la vida me ha dado mucho y que mis brazos no alcanzan para abrazar tanto. Y hoy, descubrí algo maravilloso… festejamos mi desapego material.

Ayer Héctor me preguntaba sino sentía feo el deshacerme de mis cosas. No, no siento feo. Y no es porque sea una desapegada natural. Sino que por un año dejé de ver, de sentir, de tener esas cosas. Sabía que estaban ahí, en cajas, empacadas, que eran mías. Ahora, solo siento que pasan a manos de alguien que las va a cuidar y apreciar quizás más que yo.

Y lo que nunca, mis libros, mis tesoros, de los que decía, iba a construir una gran biblioteca, también se están yendo. Nada ganan guardados, nada ganan, siquiera embelleciendo mi soñada biblioteca… si algo me dieron, ¡gracias! y que sigan su camino y sigan dando a alguien más.

Eso si cambió en mi, ¿yo? ¿Vender mis libros? ¡Jamás! Pues ahora si, los vendo y los entrego con gusto, diciendo lo bueno y no tan bueno de ellos y, haciéndolo, soñé un nuevo sueño. Tener un lugar donde venda libros leídos por mi. A pesar de mi memoria cucha, creo que de cada uno, puedo recordar lo brillante.


Así pues, fue un día muy festejado y hoy festejo el festejo de ayer. Gracias por estar aquí conmigo. Hablaste, me mandaste mensaje, me escribiste, me pensaste o me visitaste. De cualquier manera que te hayas hecho presente, estuviste aquí, conmigo, sin estar contigo y ni siquiera estas tú…. O algo así, diría Arjona.

Gracias

06 noviembre 2007

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Sollozos

¿Qué es sentir que el viento lastima?
¿Qué es descubrir un lágrima correr? cuando deseas estar feliz.
¿Por qué nacen sollozos de llanto cuando quieres sonreir?

Es tan débil el ser humano o, más bien, es que se hace el tonto.

A veces decimos que somos sensibles porque la brisa nos hace sentir nostalgia. Pero tal vez no es esa la verdad. Es probable que el horizonte tras la brisa es el que provoca imágenes que nos arrojen a la nostalgia. Pero ¡claro! Preferimos echarle la culpa a la brisa, con tal de no aceptar que el horizonte (el futuro) nos provoca el llanto, o que imágenes del pasado desatan la tristeza.

¿Cuál es la diferencia entre aceptar uno u otro dolor? Sencillo, se trata de orgullo. Se trata de yo que soy fuerte a la brisa, juego a que le soy débil. Muy dentro de mí, sabré que la brisa jamás me romperá. En cambio, evado que son el horizonte y el pasado, los que me provocan sentimientos. Pasarán de largo sin prestar atención en mí, pues, frente a ellos, nada me importan.

Anoche, mis cachetes formaron pequeños lagos de lágrimas, y cuando creí que estaba a salvo, también sollocé. Ni quisiera decir si fue la brisa o el horizonte, cualquier cosa que dijera sería, tal vez, todo menos la verdad que quisiera rebelar.

Curiosa manera de funcionar tenemos los seres humanos.


05 noviembre 2007

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Remate cumpleañero

¿Qué tal? ¡Mañana martes es mi cumpleaños! Llego a la edad que llegó nuestro Señor. Cansada pero llegué. Y, el hecho de llegar, ya es suficiente para festejar. Estoy inmensamente agradecida porque la fecha me alcanza en esta ciudad. Así, que es otra razón para un festejo especial.

El día es medio complicado para organizar una comida, por cuestiones de trabajo u hogar, de los invitados. Por ello, resolví abrir de par en par, las puertas del hogar que me acoge. Todo, para recibir a los queridos y querendones. Tendré café, té, pastelito, helado y una gran sonrisa para compartir.



Entre mis pendientes que debía resolver antes de partir a Irlanda, estaba vender todo lo que un día adornó mi departamento en la capital del país. Aprovechando la cochera de la casa de mi mamá, la nana y compañía, la Kegel, la Toña y yo, instalamos el “Showroom”.

En el marco de la celebración cumpleañera, el Showroom abre sus puertas. En este cumpleaños deseo que los invitados vengan con las manos vacías y se vayan con muchas cositas útiles y lindas para sus casas. Será cuestión de que les agrade algo y nos pongamos de acuerdo con el precio. Ha sido cansada la instalación de todo, pero ya tengo la satisfacción de que ¡por fin! vamos a vender nuestras cosas.

Todo fue comprado con mucha ilusión, pero dadas las vueltas de la vida, y sobre todo, nuestras decisiones, por unos años no viviremos en México, así que no tiene caso que esté todo polveándose por ahí.

Un día antes de la inauguración, ya he vendido el 10% del monto contemplado a recaudar. ¡Triple razón para festejar! Yo no sé si sea la venta o el cumpleaños, pero soy muy feliz hoy. Espero con ansia el martes, para recibir muchos abrazos cariñosos y tomar muchas, muchas fotos de este 6 de noviembre, que, sin duda, será muy especial.