El blog de Pucca está en obras. Vuelvo pronto, ya casi queda

14 diciembre 2011

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Gracias pero no

Hoy contuve las lágrimas, no era momento, no era el lugar, pero justo en ese preciso momento y por estar en ese lugar me dieron ganas de llorar.

Eran lágrimas de una satisfacción que me llevaba a la tranquilidad, era como si todo, árboles, libreros, sillas, personas y nubes me dijeran: todo va a estar bien.

Se termina el semestre y con esto cumplo un año y medio de haber iniciado ésta nueva etapa productiva. Bendito sea Dios y todo su ejército de ángeles que no me ha faltado trabajo y que he estado haciendo cosas padrísimas que me hacen sentir que desarrollo mi potencial y que soy un elemento útil en la sociedad.

Obviamente, éste éxito ha tenido sus compensaciones. Mi energía no da para más allá de mis responsabilidades laborales. Me he perdido de momentos importantes de mis amigos y familia, y seguro que no he estado cuando alguno me ha necesitado. Termino de trabajar y tengo sólo algo en mente: cama y compresa caliente para la espalda.

Sobre todo, ha sido difícil encontrar la combinación perfecta entre ser productiva y mantener, ante todo, mi rehabilitación. Llegar cansada para ir a ejercitarme y volver más cansada, me resulta poco atractivo. Es lo menos inteligente que he hecho. Y se, me consta, que el cuerpo no demora en facturar cosas así.

¿Por qué quise llorar? Porque rechacé una propuesta laboral que por muchas cosas me enamora. Se trata de impulsar una carrera de nueva creación que estoy convencida que es indispensable para la región y de asesorar a los chavos de mi carrera. Lo digo, tiene mucho encanto, incluso es de medio tiempo. Parecería un premio pero dije que no.

No, porque habiendo probado, entiendo que lo mío es trabajar por proyectos, sin horario fijo. El tener la posibilidad de administrar mi día, mi energía, me da posibilidades de ser más productiva, sobre todo, de mantener un ritmo de trabajo. De otra manera, es sobre cargarme.

Me sentí halagada con la propuesta, mucho. Y cuando lo expresé y agradecí denegando, escuché: "Te lo has ganado". Hasta ese momento sentía tristeza, y por qué no, un poco de rabia conmigo misma, por no aceptar. Pero entonces sentí comprensión y sobre todo, respeto a mi talento. Los ojos se me humedecieron mientras el orgullo y la tranquilidad me abrazaban.

Ahora que lo escribo, por fin salen esas lágrimas, 2 de tristeza y 20 de agradecimiento y bendición. No tengo otra propuesta concreta pero sé que llegará y será tan buena como esta sensación de que mi paso, aunque lento, va por buen camino.

18 septiembre 2011

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Cuando se enaltece en el dolor ajeno

Sucede que en Facebook, en un café con amigas o en una reunión laboral aparece el "llamador de conciencias" que cuenta la historia de alguien que sufrió, lo que el primero considera, una tragedia y convoca a los presentes a no quejarse de sus vidas y a valorar lo que tienen.

Ese momento me enciende. Eso y ver que golpeen a un niño. Así de grande es la indignación que me provoca el que una persona necesite subirse al peldaño del dolor de alguien más, para sólo entonces valorar lo que tiene en su vida. ¡La vida no es una escalera!

Me parece patético, ni más ni menos. Mira que necesitar que haya "más fregados que yo" para entonces declararme feliz, es triste triste triste. Me hace pensar que es gente que vive lejos de la Tierra.

Uno, el mundo, desde que lo conozco hace 36 años y de lo que he visto documentado, hace miles de años, sufre de hambre, guerras, enfermedades y demás desventuras. Así que esos momentos reveladores de ¡Ay Dios, hay gente peor que yo! me parecen absurdos. Es como si estuvieran llegando a la vida 20, 30 o 40 años después. Casi me dan ganas de darles la nalgada que de rigor le dan a los recién nacidos.

Dos, a nadie le ayuda que esa persona valore su vida apartir de ahí. ¿Se dieron cuenta que hay gente que sufre? Que hagan algo por ayudar. ¿Conocieron a alguien que ha sufrido? Que sólo escuchen. ¿Se toparon con alguien que ama la vida? Sonríanle. Uts... pero tomarse las desgracias ajenas para enaltecer su desagradecimiento ¡no por favor!

Estoy segura que quienes llegan a hacer esos comentarios han pasado por momentos terribles en sus vidas, la enfermedad propia o de un ser querido, épocas económicas difíciles, pérdidas repentinas, etc. Me gustaría saber si en esos momentos les hubiera gustado que alguien los volteara a ver y dijera ¡mira que fregada está esa persona, ya voy a valorar lo que tengo!. Eso, señores, me parecería lástima.

La lástima es un sentimiento que no le sirve ni a quien lo siente ni a quien lo provoca. Son de esos sentimientos que más vale no tener. Es algo lejano a la compasión o solidaridad porque no implica ningún involucramiento, simplemente consiste en decir ¡pobrecito! y darse la vuelta.


Diría Manolito: de todo hay en este abarrote del Señor, y sé que seguirá habiendo gente que reenvíe videos, cuente historias y vaya a conferencias para vivir esos momentos de verdad. Si es la única manera con que se conectan con el mundo, pues más vale eso que nada.

En mi religión se dice que "cada uno tiene la cruz que puede cargar", así que mi conclusión sería que esas personas bien harían en amar la cruz que cargan sin tener que andar midiendo cuánto mide y pesa la cruz de los demás.

11 agosto 2011

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Sweet home sweet

Encontré las condiciones adecuadas para mudarme. Un espacio que suene a mis tiempos. Que se vea como mi vida. Que se sienta como un lugar que sea espectador en mis creaciones, que sea mi acompañante en la productividad. Que vele mi descanso y sea refugio en mi dolor.

Hacerlo posible significa mucho. Es un paso que deseo dar, no para demostrar algo, sino para recuperarme en completa Fe. Me mudo en unos días y lo hago con mucha ilusión. Tengo las redes de corazón suficientes que me acompañarán en mi vida independiente.

Yo, independiente. Esa es la última señal que esperaba para decir que "todo está bien". Me conmueve escribir ésto, me conmueve lograr esto.

Alabo a Dios y honro a mi familia que ha sido un ejemplo de apoyo basado en el amor, lo más hermoso que he experimentado yo.


24 junio 2011

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Corazón malabarista

Las cosas no andan bien. Y no lo digo porque estén resultando distinto a lo planeado, más bien resultan cual se había sospechado.

A veces decidimos hacer cosas que conllevan una clara penitencia y aún así lo hacemos. Seguramente porque, en una evaluación, los beneficios son mayores que el costo que tendrán. Pero claro, el costo pesa y a la hora de pagarlo es difícil recordar por qué diablos nos metimos en tal situación.

Aún más se complica, si la penitencia tarda en llegar hasta el grado de pensar que en una de esas el destino se equivoca y se carga en otras cuentas. ¡Y cuál! Que nada pasa desapercibido, toda factura busca ser pagada.

No hay mas que apechugar y pagar estoicamente lo que haya que pagarse, y ¡por favor! habrá que hacer un corte para no estar haciendo algo que implique algún costo parecido. La neta, quiero fluir y no arrastrar consecuencias sino, si acaso, cosechar frutos.

Para cerrar, el corazón me dió un vuelco. Así, dió una marometa y creo que quedó torcido. Igual, y ahora combina conmigo.


20 mayo 2011

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Si se acaba el mundo

Cuentan que mañana 21 de mayo se acaba el mundo. Si fuera cierto, sería una verdadera pena porque me gustaría terminar antes la tesis de la maestría de Desarrollo Organizacional. ¡Ay ajá!

No me preocupa morir mañana, y si todos nos vamos juntos, tampoco no me preocupa que se vayan los cariños míos. El punto es que no sabemos, no sabemos que va a pasar mañana y esa incertidumbre, como muchas otras, es una buena justificación para ponerme musical.

No se cuando la escuché por primera vez, pero si recuerdo cuándo le puse atención a la letra. No fue hace mucho. Disfrútenla y bailen porque yo no se mañana.




15 mayo 2011

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Al maestro con cariño

No recuerdo su nombre, seguramente Cha o Presy si. Estaba yo en cuarto año de primaria, con unos 8 años y bajo su tutela, atendía la tiendita del colegio, disque porque era buena en las mates. Era un cargo de privilegio. Salía antes de clase para preparar todo para el correo, volvía después y tenía un burrito de machaca de recompensa, como mínimo.

Cuando nos fuimos a vivir a Salvatierra me escribía cartas diciéndome que extrañaba mucho mi presencia. Era una monja. Luego estuvo la madre Catita, de Salvatierra. Era todo un personaje, viejita-viejita, nos ponía a leer y se echaba sus pestañitas. Tenía compañeros que le hacían maldad y media, y ella reaccionaba gritando y agitando su bastón. A mi también me regañaba, pero por estar agarrandome el cabello siempre. Fuera de eso, se preocupaba por mi y me daba consejos cuando me veía triste porque estaba lejos de mis papás.

En León, tuve un angel, Gina. Le preocupaba que en mi historial hubiera puro diez y aquí yo no pintara para nada parecido. Platicaba mucho conmigo, me daba consejos para socializar con mis compañeras, pero lo que más recuerdo de ella son sus brazos. Me abrazó muchas veces, las mismas que secó mis lágrimas. De no ser por ella, empezar de nuevo hubiera sido más difícil de lo que fue. De ahí en adelante tuve maestros de catálogo.

En secundaria ninguno que recuerde para ponerle laureles, pero seguro que hicieron su función porque aprendí. En prepa, creo que más que recordar yo a los maestros, ellos me recuerdan a mi. Mis calificaciones y mi nivel de socialización ya estaban por encima del promedio y me podía dar el lujo de ser traviesa.

En la prepa fui "señorita súper estrella" según el profe. Pero no crean que era un halago, era burla porque me reusaba a seguir los procedimientos para resolver las ecuaciones y le alegaba eficiencia porque de todas formas daba con el resultado. Entre discusiones y exentadas, me daba muy buenos consejos. Le caía bien, hasta ese momento, luego caí de su gracia, pero esa es otra historia.

En la uni, el mismo profe volvió a verme con buenos ojos y me siguió escuchando y aconsejando. Casi al final de la carrera conocí a mi guía profesional. De admirarlo como maestro creció mi cariño para admirarlo como ser humano y ahora tengo la dicha de ser su amiga. Hoy ando sentimental (ay ajá, solo hoy) por eso recuerdo no a los maestros que hicieron su chamba, sino a aquellos que crearon un lazo sentimental conmigo. El efecto de sus palabras es lo que ahora soy. Espero no defraudar a ninguno de ellos.

11 mayo 2011

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Tiempos radicales en el amor

Pocos temas son tan paseados como lo es el del amor. En pocos temas, somos tan poco objetivos. En casi ninguno, como en ese, juzgamos, sentenciamos y aprisionamos o liberamos tanto.

A mi, me es difícil tener una postura clara en el tema. Mientras pienso que es terriblemente difícil amar, recuerdo que se fluye fácilmente en el amor. Esta dualidad debería darme algo de neutralidad, dícese de esperanza. A veces, así es. Sin embargo, hay días en los que me instalo radicalmente en un lado de mi teoría. Como hoy.

En la serie de circunstancias en las que ahora vivo, me satura la idea de lo difícil que es amar, algo así como amar en los tiempos de Pucca, si me lo permiten. Como todos, tengo mi propia definición de amor que no cabría en un párrafo. Más bien, consta de una serie de elementos que, en su totalidad, arman el amor perfecto. Algunos cuantos, arman el amor humano.
  • Encontrar una persona con la que el tiempo pase suavemente.
  • Escuchar su mirada y no necesitar escuchar nada más.
  • Acariciar su piel mientras agradezco estar viva.
  • Abrazar con la impotencia de no poder dar más cercanía.
  • Sentir en la realización del otro, la consumación del amor.
  • Abandonar el mundo para ofrecerle un universo compartido.
  • Vivir en orgullo de compartir justo con esa persona.
  • Disfrutar cariños y volver extasiada a sus brazos.
  • Ser grande afuera y engrandeceme en su corazón.
  • Admirar su rostro que se ha vuelto el más bello de todos.
  • Contar con su complicidad responsable.
  • Aprender de mi desde la mirada de el.
  • Descansar más cómodamente en su presencia que en su ausencia.
  • Arrebatar sonrisas por respirar.
  • Sonreír a carcajadas de aciertos y errores de ambos.
  • Todas las anteriores y decidir decir "te amo".
De éstos, mis elementos del amor, habrá alguno que sobre en la definición de amor de alguien más con quien espero no toparme con intenciones de relación. Seríamos algo así como infelices en el momento en que yo no ajuste mis elementos necesarios y a él le siga incomodando alguno.

De todos, el que suelo cuidar más es el último. Es la detonación de la entrega total. He de confesar que algunas veces me cuestiono si soy demasiado estricta al respecto. Maybe. Para mi, no es suficiente ser encantador, inteligente y guapo para que yo diga "te amo". Entre otras cosas, hay que merecerlo.

Y no estoy pensando en un ser perfecto, sin defectos. Me refiero a que ese ser esté en las condiciones en que mi "te amo" no represente cristales rotos en el piso, no signifique una hora tarde o quince minutos temprano, ni una canasta con un hoyo al fondo.

Para mi "te amo" debe haber una vasija donde éste tenga cabida. Que conste, no hablo de correspondencia, hablo simplemente de exista la posibilidad. El amor puede pasar muchas pruebas pero ésta es obligatoria, es como el propedeutico.

Y eso es lo que hoy me resulta difícil de encontrar. Todos los demás elementos, son tan fáciles de sentir que bien podrían señalarme de enamoradiza. Pero ese, encontrar alguien que no tenga la vasija saturada, rota o prestada, me ha costado trabajo. Creo que no me toca vaciar vasijas, ni limpiar, ni reparar y mucho menos rescatar vasijas ajenas, eso es asunto de ellos. No pretendo depositar mi "te amo" en una vasija nueva... tendría que enamorarme de un monje benedictino y no está en mis planes hacer tal cosa.

Mi "te amo" lo único que busca es un espacio para ocupar. Que sea como invitado a un banquete, bienvenido, digno de entrar. Que sea tratado con respeto. Que pase un rato agradable o toda una noche de diversión. Cuánto dure ahí no es la cuestión. Incluso, mi "te amo" busca un lugar de donde, si algún día es necesario, se pueda despedir con agradecimiento.

En los últimos tiempos ha sido difícil encontrarle posada. Ya sé, no hay prisa, tampoco lo voy a hospedar a fuerza en ningún lugar. Pero quien lea esto y ame, sabrá por qué es que añoro hacerlo.

Por lo pronto, mi "te amo", se queda conmigo, bien guardado, bien agusto, hasta que alguien provoque muchas palomitas en mi check list del amor, incluyendo, por supuesto, el último elemento.


23 abril 2011

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San Jordi

En esta vida hay días buenos y otros excelentes. Calles y calles llenas de libros son el marco perfecto para un día de esos que yo no quiero perder . Joaquina lo sabía, por eso me advirtió de que mi presencia en Barcelona tenía que coincidir con San Jordi, día de los enamorados aquí y día mundial del libro.

La llevada a México, el peso y volumen son restricciones importantes, así que no me aloqué por completo, solo un poco, lo suficiente para un año. Casi todos los que me compré son novelas, unos tres de cuentos y dos técnicos. Soy la más feliz... cansada pero muy feliz. Gracias maniwis, conoces mis puntos fuertes.

Enlisto adquisiciones por orden inversa alfabética, para no herir susceptibilidades y evitar incidir en la decisión de compra de amigos, familias y otros lectores.

  • Tokio blues. Norwegian Wood- Haruki Murakami
  • Todo lo que podríamos haber sido tú y yo, si no fuéramos tú y yo- Albert Espinosa
  • Si tú me dices ven lo dejo todo…pero dime ven- Albert Espinosa
  • Perdona si te llamo amor- Federico Moccia
  • Mediación. Proceso, tácticas y técnicas- Raúl de Diego Vallejo y Carlos Guillén Gestoso
  • Lo es- Frank McCourt
  • Las diosas de cada mujer- Jean Shinoda Bolen
  • La soledad de los números primos- Paolo Giordano
  • La rosa de Jericó-Evlex- Francisco Martos
  • La ladrona de libros- Markus Zusak
  • Jerusalén. La cruzada interminable- Andrew Sinclair
  • El mantra del talento- José Manuel Casado
  • El ladrón de cerebros- Pere Estupinyá
  • El hipnotista- Lars Kepler
  • El camino de Shimriti- Jorge Bucay
  • El bolígrafo de gel verde- Eloy Moreno
  • Déjame que te cuente- Jorge Bucay
  • Cuentos para pensar- Jorge Bucay
  • Carolina se enamora- Federico Moccia
Ya platicaré impresiones, por lo pronto soy la más emocionada.

21 abril 2011

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Boda en tierra catalana

Venir a "visitar a mi hermana" es colgarme milagros que no me corresponden. Venir a estar con ella, es un mega apapacho a mi alma. Esta ciudad y ella, a veces sin saberlo y otras, sospechándolo, han servido de pausas importantes y reflexiones trascendentes que en ningún lado, ni con otra persona hubiera logrado. Es rico ser, dejar ser y que te dejen ser... así es ella conmigo, así soy yo con ella. Un perfecto acto de amor ¿no?

Empezando la noche, yo pedí esquina... todo el día estuvimos caminando e hicimos pocos breaks sentados, así que para el plan de más noche me corté por elemento cucho, ¡digo! gacho. Pero no me falta nada. Ella, el novio, Caliche y yo estuvimos platicando, comiendo, tomando, andando, tonteando y varios andos más, como lo hemos hecho en otras ciudades, de lo más agusto.

Hay cosas que sólo la familia provee, por más que se adoren a los amigos, por más que sean tus hermanos del alma, nada compara solo ser, ser querido y querer como en familia se quiere.

Cada uno de nosotros ha ido llegando en diferente fecha, diferente vía, pero con una misma razón. Estamos aquí por amor a los novios y para bendecir su amor. Otros tantos nos ganan, porque sin la energía que nosotros usamos en turistear, ellos envian constantemente y sin descanso su más completo amor.

22 febrero 2011

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El mundo veré como tu


Es una de mis fotos favoritas. aunque no tenga buena resolución. En ella están depositadas tantos símbolos de la relación entre él y yo. Es tan única su sonrisa, aunque lo es un poco menos que su carcajada que tengo grabada en mi mente.

Aprendí y heredé cosas de él. Se que mi trato con gente que trabaja conmigo tiene su influencia. La simpleza y ocurrencias algo mías tendrán algo que ver con lo carrilla que era el. El porte ¡por supuesto! jajaja ok, no, ese no, ni su inteligencia saqué.

Para mi siempre habrá dos papás, el que vivió su vida intensa y el que sobrevivió durante más de una década a un cruel deterioro. Al primero lo amé, lo respeté, lo juzgué y lo volví a amar. Al segundo no recuerdo, porque en ese mismo tiempo yo sobrevivía a su mismo deterioro, con el temor constante de perderlo.

Al tiempo, a siete años de haberle dado permiso de partir, ambos padres se comulgan en uno sólo, en algo más sencillo: querer un abrazo de él.

No necesitó, ni necesita estar físicamente para quererle y para aprender lecciones que dió con sus aciertos y con sus errores.

Lo extraño y suelto lágrimas. Luego, lo imagino entero, sonriente, caminando, comiendo, ¡cantando!, y sonrío.

18 febrero 2011

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Un buen comienzo

Un mes... hace un mes inició mi año 2011, y comenzó una nueva etapa de mi vida. Fue como una graduación, con todos los sentimientos que implica. De alivio y mucho miedo. Como si hubiera presentado extraordinarios en todas la materias y como si los últimos momentos hubiera estado en la duda de si me graduaría o no.

Sin embargo, ya pasó. Esto es un nuevo intento que me atrevo a anunciar cuando ya tengo 4 semanas de demostrarme a mi misma que puedo. He tenido un par de resbalones, pero los he sabido superar sola.

Pasado éste tiempo han cambiado mis prioridades. Ha sido como poner orden en la vida. Además, me llegan benciones que me he permitido disfrutar y, quien sabe, a la larga podrán ser más que nuevas presencias y se puedan volver en algo que no menciono mucho: el futuro.

Si me gradué es que aprendí, y si lo hice es que soy mejor que antes de vivir lo vivido, así que nadie desee que no haya pasado, porque tengo buenos recuerdos, porque entendí un poco más de la vida y porque soy lo que soy después de eso.

Tener esperanza es lo mejor que me ha pasado en este 2011.

17 enero 2011

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A donde vayas te quedarás

La noche no me arrulla, así que escribamos para aligerar el alma, porque creo que es la que no da tregua que permita lograr la ensoñación. Y debería ser que sí, que mi cuerpo exigiera descanso y que mis ojos pidieran un break.

Ha sido un día literalmente largo, de muchas horas, de impotencia, de tristeza, y de muchos recuerdos.

Mi abue, ha sido muchos abuelos para mí. Fue "Papá Logios" cuando era niña. El que llegaba de trabajar de la fábrica, el que ponía a hervir la leche y sostenía a mi abuelita mientras caminabamos hacia el Templo de Capuchinas.

Fue "Logios" el que preparaba comida para sus nietas que iban de visita y era el que esperaba despierto, a que llegaramos de la fiesta, para dormir tranquilo.

En los últimos años, fue "Logitos" el que me platicaba de su luna de miel, de su primer trabajo, de la vida como era antes. El que me preguntaba si era feliz y se sinceraba diciéndome lo cansado que se sentía.

Todos fue y será "El Abuelo Logios". De cada etapa hay momentos para recordarse, cosas que agradecerle. Sin embargo, he de reconocer, que los años me dieron paladar para aprender a disfrutarlo.

Ahora pienso que no debo temer a mi memoria, porque no sólo en el pasado estará. Hay palabras que siempre lo traerán a mi mente "rondana", "balastra", "bulbos", "centavos", "lacito" y "calcita".

Cuando alguien acomode a mucha gente para que duerma en su casa, cuando asigne cama, sillón o alfombra a todos, me recordará que era algo que el hacía.

Cuando le pida caminar despacio a alguien: "al pasito", vendrá a mi mente.

Cuando me despida y pida la bendición, me acordaré de ese ritual que hacía cuando nos despedíamos. Por familia, nos parábamos frente a él y el empezaba a mover su mano y a rezar en voz baja, luego decía "ya" y entonces nos acercábamos a besarlo y despedirnos de el.

Hoy él se fue y la familia fue quien dió la bendición. Con tanto cariño se le habrá dicho adiós que su viaje será de un aterciopelado celestial.

El sabe que lo despido con amor, que comprendo su partida y que me alegra que se haya despojado de ese cuerpo que le estaba enclaustrando el espíritu.

A mis hermanas, a mi mamá, a mi nana, a mis tíos y a mis primos,los abrazo, intentando comprender el Logios que cada uno perdió.

Honrémosle para que, literal, descanse en paz.

05 enero 2011

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Los hombres buenos

Un hombre que busca ser "hombre bueno" me da desconfianza, con justa razón.

Un hombre bueno señala los errores de los otros, pero nunca los suyos. Porque un hombre bueno insiste en que no habiendo mal intención, ninguna equivocación merece solicitar el perdón.

Pretende que su entorno sea "como debe ser" sin importar lo que le hace feliz. Las reglas de socialización, de comportamiento y de relación de pareja, que ha ido aprendiendo aleatoriamente desde su pueblo natal hasta en Animal Planet, han formado un estricto código que defiende a toda costa. Y claro, ya le queda poco por aprender al respecto, así tenga alguna una norma de conducta de los tiempos de la Inquisición.

Un hombre bueno busca reconocimiento por acciones que dice hacer por amor o altruismo. Y lo que acaba siendo es que no hay amor ni altruismo de por medio, sino una oportunidad más para que la gente diga: ¡Oh, que bueno que es!.... ¡la manga! Así que mejor ni haga nada, porque hasta ni con devoción lo hace. Lo digo frecuentemente y mi respaldo es la Biblia: "que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda".

Un hombre bueno jamás acepta que las cosas no van bien, aunque sea evidente que así sea. Es su vida ¡tiene que estar todo bien! Así que no hay introspección, y en calidad decimos que lo que no se mide, no se puede mejorar, no se puede controlar.

Un hombre bueno es un cobarde que no acepta que tiene miedo, que sucedió algo inesperado. Ni siquiera ante la apertura total de otra persona logran desvelar lo que realmente les mueve.

Un hombre bueno no permite que caiga su título de bueno ni hasta el final de los tiempos. Lo sabio precisamente del tiempo, es que todo cae por su propio peso. Bien dice Santa Teresa: la paciencia todo lo alcanza... incluso alcanza la verdad.

Hablando de hombres, prefiero uno que se conciba sólo como hombre. Sin adjetivos, sin que pretendan ser, sólo que sea, con sus hermosos errores, lindas equivocaciones, con malos días. Un ser más normal que lo que es un hombre bueno, es decir, un hipócrita, ególatra, mentiroso y cobarde. No gracias, de esos no.