El blog de Pucca está en obras. Vuelvo pronto, ya casi queda

31 julio 2009

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Arrivals

Pasar la puerta por una sala de llegadas y ver a la gente ansiosa de ver a un familiar o cliente, y que se lleven la desilusión de verme, es sumamente triste para mi. Cuando nadie me espera, es como si fuera yo una "perdedora". Dicha sensación la he aprendido a compensar con una acción graciosa. Simplemente hago como que saludo a nadie que está esperando por mi.

Mi último arribo a casa me hizo comprender algo. Mi acción sólo es graciosa cuando alguien viene conmigo y nadie nos espera. Entonces si me da risa simular que saludo a alguien que está ansioso por vernos. Ayer llegué, llegué a casa y llegué sola. Dos puntos que fueron cruciales.

Llegar al aeropuerto local, que nadie esperara por mi, caminar con toda calma, recordar que ni siquiera en casa alguien me esperara a esa hora o cuatro horas después, me hizo sentir libre, pero también sola. Al momento comprendí que debo empezar a sentirme cómoda con eso, diría mi madre: es mi nueva realidad.

No más saludar a extraños al arribar a nuevo puerto, no más pensar en que es diferente a antes. A sentir, a desmenuzar las nuevas sensaciones. Toma tiempo, pero ayer no me fue tan mal. Ni una lágrima solté solo dije "owch" al sentir que se me levantaba un pellejito del corazón. La próxima vez, me irá mejor.

2 comentarios:

  1. Si lo hubiera sabido, te habria ido a esperar, si solo para acompañarte en el bus de vuelta... Un beso, mi niña.

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  2. Gracias Candela, que chula!! Pero mira, no estuvo del todo mal... la reflexión final que hice fue buena. Un abrazo.

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