El blog de Pucca está en obras. Vuelvo pronto, ya casi queda

10 septiembre 2006

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Tan cerca, tan lejos, tan exagerada

Unos cuantos kilómetros trasquilan mi paz. Unos cuantos minutos arrebatan mis pensamientos. Soy una exagerada. Estoy en la ciudad de Guanajuato, y mi cabeza esta circulando en León. Me siento ajena a mi cuarto, mi ropa, mi nana, mis amigos. Y Dios mío!!!! Caigo en cuenta que si eso me pasa ahora, aquí, así, no imagino como será en Birmingham.

Seguramente no tan drástico. Siempre he dicho que el que se queda es el que extraña más. Coincide con lugares, canciones, gente, que le recuerda a quien partió. El que se va, en este gustoso caso, yo, extraña pero tiene tanta información nueva, que invierte energías en ella.

Tengo como referencia cuando partí a Mx. A unas horas de estar allá, hable por teléfono con mi nana y no pude terminar la llamada. Sentía tanto dolor, tanta distancia. Y durante muchas noches, en soledad, me encontraba en un ambiente que no podía identificar como mío. Supongo que pasare por un proceso similar.

Desearía que tener un baúl que me ayudara a compensar mis carencias al alejarme. Tengo la memoria que, aunque mal, me ayuda a recordar vivencias. Tengo fotos que me devuelven ojos y bocas que quiero. Tengo mi libreta en donde han estado anotando despedidas. Pero abrazos y besos, donde guardarlos, no tengo.

Estoy imaginando un baúl blanco. Blanco champagne. Sin llaves, son innecesarias. Solo a quien le pertenece el baúl, lo puede abrir. Adentro, hay muchas plumas. Plumas suaves, blancas, medianas, con un aroma acogedor. Cada pluma, al tocarla, reproduce ese abrazo, ese beso, que solo esa persona sabe dar. Hay cientos de plumas, entonces, hay miles de abrazos y besos. No en recuerdos, van conmigo y, saldrán del baúl, cada que yo o el dueño de la pluma lo necesite.

Me gustaría tener esa cualidad de los santos, el des apego. Que no me duela la distancia, la ausencia, la carencia. Me gustaría saber desprenderme. Separarme. Dejar ir. Soltar. No aferrarme. Saber que todo tiene una duración. Entender que así es. Pero… sinceramente, me gustaría más mi baúl blanco champagne. Desde este momento me resigno a la idea de perder mis pocas posibilidades de llegar a la santidad.

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