Día libre

¡Yo me mato como se me da la gana!

Eso dijo el actor Otto Sirgo, cabriadísimo (jaja ensayo la escritura a la española) por la legislación sobre la prohibición a fumar en lugares cerrados. La aprobación de la ley por parte de los diputados y la controversia que ha desatado, ya me tenía con el pendiente de dar mi opinión, pero escuchar a este ser, me ha obligado a hacerlo de inmediato.

Resulta don actor y todo aquel que se siente ofendido con la ley… es que no se trata de evitar que se maten como quieran. Yo que sepa, todavía no sale una ley que prohiba que se ahoguen solitos. ¿Recuerdan al tan mentado Juárez? ¿Si? Entonces tal vez les suena eso del “El respeto al derecho ajeno es la paz”.

¡Ah pues ahí está el detalle! Diría Cantinflas. El humo de los fumadores, atenta contra el derecho de los no fumadores y punto. Ni una discusión más. Que si ya no podrán fumar en su oficina, no. Que si ya no podrán fumar en esa mesa que les gusta, no. Que si tendrán que salir a fumar a la banqueta, en ocasiones, si, también. Y por más que le esculco, no le hallo la raíz al drama que hacen. Es cuestión del bien social. No te digo que no te eches pedos, pero si te digo que no me los eches en la jeta ¿así o más clarito?

¡Otro!

Este asunto de Mouriño y sus contratos también me traen. Mi teoría es que Andreg Manué andaba como loco diciendo que los espurios y PEMEX iban a llevar a la erradicación de los mexicanos del mapa, y alguien que tenía acceso a los contratos y que no anda muy de manita sudada con Calderón, lo llamó y le dijo:

- Sr. para que no haga el ridículo, hablando ahí, sin tener pruebas, tengo algo.

Y ese algo, le vino a dar vida al personaje que creíamos acabado. Le dio un regalotote. Luego, los mariachis callaron. Y los demás nos quedamos con cara de ¿neta si hubo tráfico de influencias? ¡Ay ya no se sabe en quien confiar! ¡Tan guapo él!. Y cuando sale una semana tarde, a explicar, dice dos cosas. Una que los contratos son legales y dos que no renunciará, porque eso es lo que quieren los que lo quieren destruir. Que lo que pasa es que hay gente que quiere que México fracase, que el gobierno fracase.

Yo le compro al nene que los contratos son legales. Lo que el y yo sabemos, y todo funcionario público debe tener en mente, es que “conflicto de intereses” se llama así porque no es nada ilegal, solo impropio, es políticamente incorrecto. ¿Para qué? Precisamente por asuntos de Transparencia y Rendición de Cuentas. Así, con mayúsculas, porque son o eran, los valores que en gobierno federal, deberían de reinar.

La otra es que chale, ahorita ya no era contestarle a Andreg Manué, sino explicarles a todos aquellos que teníamos cara de what. Y no sé los demás, pero a mi me parece una pena que si sea su firma. En gobierno, tienes el deber de “deslindarte” de algún asunto por existir conflicto de intereses. Si soy apoderado legal de una empresa, firmando o renovando, contratos con PEMEX, mientras soy funcionario de la Secretaría de Energía, cuyo titular es el presidente del consejo de PEMEX…. Ejemmmm hasta yo sabría que mejor le sacabas la firma a tu primo bizco. ¡Pobre! Me da pena, no es que sea malo, sino que le faltó colmillo para no hacer cosas buenas que parezcan malas. Y también ¡Pobre! de mi Presidente, seguro que lo agarraron desprevenida en esta y de zuato no bajará a su amigocho del alma.

¡Ah si! Felicidades a las mujeres

Este 8 de marzo solo quiero pedir algo. Hablo en mi nombre y el de mis congéneres. Queremos, necesitamos, ¡exigimos! Velocidad evolutiva. Me explico. Si la evolución está viendo que sufrimos con la depilada o rasurada, porque nos sigue sacando con vello. ¡A ver evolución! Tantita, tantita comprensión. Además, si está viendo el aumento de cirugías para aumentar bubi, ¡A ver! Por qué, desde nacimiento, no nos echa un poco más bien dotadas.

Yo digo que la evolución la maneja una che mona envidiosa. Porque si fuera hombre, ¡uts todas fuéramos una Pamela Anderson lampiña! Pero no, ahí andamos sufriendo las pobres mujeres, escondiendo nuestras extremidades y comprando brasieres caros para levantar y separar bellamente. Ni hablar, esperemos que las siguientes generaciones encuentren un mundo y un género mejor.