Segun los baños

Todo indica que los ingleses son los mejores para combatir los hongos por humedad en los baños, y las bacterias, en estos. Si es así, ¿Por qué en México no lo hemos logrado? Allá en todos lados leemos la importancia de usar sandalias en albercas, incluso, llegan a ser un requisito indispensable. Por higiene, pero también por seguridad, para evitar resbalones.

Pues acá no. Todo lo contrario. A donde voy a nadar, que es en la universidad, por lo tanto es una alberca pública, no es así. De hecho, está todo dispuesto para que al poner el primer pie, dentro del baño, exclusivo para nadadoras, ya te vayas descalzando. A unos centímetros hay un anuncio explicando que es necesario no usar zapatos para mantener el piso de dicho baño. Para que no se quebrante dicha regla, hay unas zapateras, tipo las que hay en Mc Donalds, en los juegos para niños.

El primer día obedezco a mi manera. Me quito los tenis y calcetines. Los pongo en dicha zapatera y me pongo mis chanclas de baño. Mientras me estoy preparando para entrar a la alberca, me hago algunas preguntas al respecto. Conociendo, voy inspeccionando. Las regaderas están a un paso de la salida a la alberca. Son unas 6, abiertas totalmente, tipo cárcel, pienso yo. Sin puerta, ni nada, jabón y agua, están a la pasada, también, a los baños.

El tercer día saco ya conclusiones. Los británicos están seguros que en su país ya no hay bacterias. El piso, está más sucio que los días anteriores. O sea, no los han limpiado. Y lo compruebo, cuando veo una liga de pelo, que justo un día antes se me cayó. Cuando sucedió, no la levanté porque dije “ya la chupó el diablo”. La verdad, es que pospuse para el siguiente minuto, el levantarla, y claro, se me olvidó.

En la casa, tocan el timbre y en entran, así, sin que les abriéramos, unos monos dispuestos a lavar nuestro baño. Al entrar y verlo, se sorprendieron de lo limpio que estaba. Dicen que todos están negros y el de nosotros no. Ups, se me revuelve el estómago. O sea, hay hongos en todos los baños de estudiantes. Y con ellos, bacterias… según yo.

Volviendo a los baños de la alberca, hay más. Para mi sorpresa, los “shower shoes” entran en la clasificación de zapatos. Las británicas, van y vienen por todo el baño descalzas. Incluso, hoy, que el piso tiene algo de “suciedad” y ya saben, pelos. Ugh, se me quiere revolver la panza. Pero ellas, son felices. Y claro, yo soy una irresponsable porque traigo mis chanclas.

Entiendo que el piso de ese baño es de cerámica. Uno especial para que no se formen hongos por la humedad. ¡Va!. Pero ¿y la limpieza? Y ¿los hongos de los pies de una china?, porque claro! Las inglesas no tienen… Chale con sus reglas y costumbres. Yo sigo usando mis chanclas, y si me regañan alegaré seguridad, y si es necesario me apegaré al Tratado de Kyoto.

Podré pasar por alto su desagradable diseño de regaderas. Salgo a la alberca y veo bolas. Regreso de la alberca y veo bolas. Me enjuago entre bolas. Lo cual, me produce incomodidad. Dice JL que así debe ser en los baños de clubes, que la gente anda desnuda. Ante mis alegatos, decreta que lo que pasa es que, tal vez, me averguenzo de mi cuerpo. Yo le digo que si, no me gusta enseñar mis cicatrices del cuerpo. Pero que, finalmente, mis cicatrices del alma son más. Jajajaja… y se termina la conversación.

Será el sereno, yo no le entro a sus costumbres higiénicas. Uso chanclas, me enjuago con chanclas y traje de baño y, me voy a bañar a mi casa. Uts con lo que yo disfruto un baño caliente, rico, ¡a solas! después de nadar. Claro, lo seguiré haciendo, pero con un espacio de media hora, hasta que llegue a mi propio baño. Limpio, ventilado, desinfectado, y yo, desnuda y descalza.

!Salud!