Entre el fraude de miles de millones de euros, la violencia en Paquistan, el secuestro en BVA en Venezuela y la caza de uno que otro narco en México. Todas, noticias impactantes, atraen el interés ciudadano, me roban un minuto de mi. Sin embargo, no tocan mi alma. Hay hechos, explicaciones y bandidos que si lo harían. Y, de ellos, nada.
Es la falta de corresponsales, la enlodosa transparencia y la distancia lo que me tiene en la ignorancia. Tal vez la más bendecida de las ignorancias. Si mis padres llegaron a hacer cosas que yo no comprendía, y se hacían “por mi bien”, asumo un Supremo poder que lleve a cabo esta práctica también.
Esa es mi conciencia. Mi subconsciente no se resignó tan fácilmente y plasmó

Y, si esa técnica me llevó a estar exenta en cada semestre de Matemáticas y me ganó el apodo de “Señorita súper estrella” de su gran catedrático, entonces lo volvería hacer. Me quedo con el sueño ante la falta de realidad necesitada. Ahora tengo menos preguntas, de hecho, tengo sólo una: Guey ¿de eso se trataba?
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