El blog de Pucca está en obras. Vuelvo pronto, ya casi queda

27 febrero 2009

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Sopa azteca en Irlanda

Los contratiempos que narré ayer se vieron coronados con una cena de envidiable éxito. De los seis comensales, cuatro eran nuevas víctimas y dos ya comían con delicia mis platillos desde tiempo antes. El menú fue de los más sencillo en apariencia pero toda una peripecia en realidad:

Sopa azteca y Tostadas

Y hago una explícita aclaración a mis lectores aztecas, cocinar sopa con tortilla en un país donde no se hacen, ni venden chiles pasilla o ancho secos, donde no siempre hay aguacate bueno para el día, ni hay quesito de ese que se deshace con poco calor, ¡es todo un reto!.

Y eso, sin mencionar que para las tostadas se requiere de un queso parecido, tortillas y frijoles. Pero una cena mexicana es lo que más se le pide a una mexicana en el extranjero... ¡bueno! a una mexicana decente jajaja.

Un día antes de la cena, Lucas preparó la masa para las tortillas con la siempre básica Maseca, y las hizo con una maravillosa maquinita que las saca tamaño taquero (chiquitas) y que "los amigos" nos donaron. Yo ayudé a cocerlas en los comales de la casa y a acomodarlas en el tortillero.

El mero día, después del connato de incendio y la limpieza de sus evidencias, corté 20 tortillas en tiritas y las freí, igual que 25 tortillas completas. Luego puse a asar un pimiento y cuatro jitomates, para hacer una salsa no picosa para las tostadas.

Aún lado, en la licuadora molí 6 jitomates con media cebolla y dos chiles secos anchos (cortesía de "los amigos"). Esto para hacer el caldo de la sopa. A esto le eché aguita y knork suiza (a falta de caldo de pollo gracias a que mi detector de humo no funciona).

¿Qué más?... ¡Ah, los frijoles! Facilísimo, lo resolví con una latita de frijoles cocinados con un cuarto de cebolla acitronada, lo que le quita el sabor a lata y lo acerca a lo casero.

Por suerte y verdadero milagro Lucas encontró aguacate bueno para el día. Lo de queso se resolvió con mozarella fresco rayado.

Al pollo ahumado (por omisión y no por decisión) lo cocine con jitomate y cebolla, pero aquí entre nos, pusiera lo que le pusiera seguí sabiendo a quemado. Igual lo usamos en la tostadas, encimita de los frijoles para mimetizar sabores. Jajaja.

Al final, a mi me gustó la cena, a Lucas le fascino y fue aplaudida por todos. Mi galletitas con cajeta para postrear ni las saqué, porque Bunmy y Walla (su esposo) llegaron con sendos pasteles de fresa y chocolate. Ellos son de nigeria.

Liajna trajo vino tinto, que nunca abrimos. Ella es de Lituania. Niccola trajo de los chocolatinos mentolados que tanto se usan por acá. Ella es local, aunque de otro condado, de Cork.

Con el café y pastel, disfrutamos de las fotos de la boda de Bunmi, que fue el mes pasado, allá en Nigeria. Su esposo nos describió cómo es que tienen casi tres días seguidos de ceremonias: la boda cultural, la religiosa y el día de gracias. Viernes, sábado y domingo, respectivamente.

Al terminarse las fotos, Walla me advirtió que el venía por las enchiladas que Bumni le describió como maravillosas, así que pidió que hubiera una segunda cena. ¡Por supuesto! prometo no dormirme mientras se coce el pollo, pensé.

Lucas me dijo en la noche, cuando ya estabamos empijamados, que lucía exitosa y reyna del hogar. Y si, orgullosa me sentí al darle al mundo un poco de lo que mi país me da y agradecida con mi nana por haber entrenado mi paladar.

3 comentarios:

  1. Que rifada!!!

    pinches tortillas, son un reto, cuando hay que empezar con eso de: "prepara la masa"... imagínate las doñas que empiezan desde moler el maíz! Me pongo de pie!

    Yo también quiero unas enchiladas y una sopita azteca, que se me antijó durísimo con tu post... mmm!

    Un abrazo!

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  2. Dios, que hambreeee!!! Quiero esas recetas ya!!

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  3. Cuando quieras nos organizamos y cocinamos juntas

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