Las complicaciones del Facebook

Un día de éstos, el Facebook va acabar por enloquecerme. Hace unos días hice berrinche, porque no me avisó de un cumpleaños… he ahí yo el día señalado, molestando al cumpleañero, en gran plática de varias horas y ¡ándale! Que era su cumpleaños y yo ni en cuenta. Hace unos meses le pregunté el día exacto y, contrario a lo que suelo hacer (guardar una alarma en mi celular), hice nada. Pensé ¡Facebook me va avisar cuando sea!

¡Y nada que fuiste sirvienta! No me avisó, y ¡claro! Cómo lo iba a hacer si el sujeto en cuestión no puso su fecha de nacimiento en su perfil. Pero no crean que le echo la culpa a él, o al mentado Facebook. NO, la culpa, es toda mía por confiar en esas cosas del diablo, diría mi cuñado.

Luego ahí está que reviso si hay actualizaciones de amigos, para ver si subieron fotos o tengo algún mensaje nuevo. Y sin querer, sin buscarle tres pies al gato, me encuentro con cosas que ¿pa´qué saber? Por ejemplo:

• Que una amiga tiene “relación complicada con algún ser”.
• Que alguien odia su trabajo.
• Que alguien, de un día a otro, se volvió más joven que yo.
• Y mil detalles más.

Es difícil explicar lo que me sucede. Si bien, es cierto, que me gusta saber “nuevas” de mi gente, de mis amigos, de mi familia, hay ciertas cosas que preferiría que me contaran en corto. Así, de las confidencias de amigos. Pero yo sé lo difícil que se ha vuelto eso, cuando hace meses que mi gente no me ve la cara. Cuando sé que soy ajena a la vida diaria de ellos.

También es cierto, que si no fuera por el HI5 o Facebook, no estaría en contacto con mucha gente y familia. No vería sus fotos, ni sabría nada de ellos y probablemente, ellos no sabrían nada de mi. Hace poco, mi madre me preguntaba si estaba en contacto con un amigo de la universidad. Fue complicado explicarle que sabía que tenía una niña hermosa, que vivía en León, que había visto fotos recientes de él, pero que no sabía nada más. Es mi contacto en Facebook.

Yo me siento aquí, en mi pelota, o en mi silla, y escribo, mandando mensajes o escribiendo en el cielo, para que los que crean en estrellas, se encuentren con lo que digo. Hablo y hablo de estados anímicos, de días que vivo y en días como hoy, quisiera encontrar historias que leer. Esto de inventar mi mundo y además, inventar el de los demás, está chído, pero un poco loco.

Me gustaría saber más, lo que dices, haces y sientes. Que no me olvides por la distancia y el tiempo. Que sepas que soy igual de confiable. Que a pesar de despertar lejos, despierto al mismo mundo que tu.

Esto del Facebook, me acerca a ciertos detalles, pero creo que mantiene alejadas las almas de por sí lejanas.