nadé y volví a pensar
luego pensé y pensé
y así se me fue el día
de tanto pensar.
Que aviente la primera piedra
el pueda impedir pensar,
no se me culpe entonces
de lo que no me canso de pensar.
Otro asunto sería
si fuera otro verbo del que hablara
que fuera sentir o soñar
lo que a mi me pasara.

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