Nada como tres vestidos nuevos para mantener la calma. Si, tres y si vestidos. Algo que casi no uso. Estan casi restringidos para eventos, entiéndase bodas y graduaciones, nada más.
Hay dos escenarios posibles: los vestidos continúen por semanas y meses con la etiqueta colgando o se hagan palpables estas ganas de leona dormida cantando "Hoy voy a cambiar".
Lo sé, los cambios deben venir de dentro para que tengan fuerza. Lo de la apariencia es sólo un refuerzo para que cuando me refleje en algún aparador o espejo, recuerde que esto es una transición.
He dicho.
Hay dos escenarios posibles: los vestidos continúen por semanas y meses con la etiqueta colgando o se hagan palpables estas ganas de leona dormida cantando "Hoy voy a cambiar".
Lo sé, los cambios deben venir de dentro para que tengan fuerza. Lo de la apariencia es sólo un refuerzo para que cuando me refleje en algún aparador o espejo, recuerde que esto es una transición.
He dicho.

Anda, ponte tus vestiditos nuevos, tómate unas fotos y nos las mandas. Yo siempre me quiero comprar vestidos y luego me acuerdo que parezco tamal mal envuelto, mala opción. Me señalarían con dedo flamígero Trinny y Sussanah de ¡No te lo pongas! Entonces, me abstengo. Pero aliento a quienes les queda bonito a que lo usen.
ResponderBorrarEa, amiwi, atrévete.
Bueno pucca, aunque sea al pasito... Es bueno saber y comprender que nuestra vida es un proceso. Lo absurdo es pensar que podemos darnos la vuelta como un calcetín, así, en un abrir y cerrar de ojos. Más vale, como haces tú, tener los pies en el suelo. Un abrazo.
ResponderBorrarBuena vibra con el nuevo vestuario, aprovecha el solecito y buena vibra desde la isla vecina.
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