El blog de Pucca está en obras. Vuelvo pronto, ya casi queda

30 mayo 2009

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No solo los domingos

Hace dos años y medio le agradecía a la vida que me hubiera devuelto a mi amiga de la infancia. De aquella que no me pude despedir y a la que no he vuelto a ver. Era un domingo, estaba yo en casa de la María Joaquina en Cataluña. Me mantenía yo todavía en pijama, ante la advertencia de que no saldríamos porque la ciudad dormía. Cuando un correo me cambio la cara y el alma para siempre. Recuperé a Presy y la recuperé con paquete completo con marido e hija.


La vida, con su tecnología, me trae otro nuevo regalo y ha sido en viernes.

Primero los antecedentes:
Al llegar de Sinaloa, Salvatierra fue la ciudad donde vivimos un año. Mis hermanas y yo, estudiamos un año escolar ahí y nos involucramos en las Guías de México (rama femenil de los Scouts). Por ambos lados, se fueron tejiendo amistades. Fueron lazos tan fuertes, que aún ya viviendo en León, por mucho tiempo, volvímos cada fin de semana a Salvatierra.

Ahí fue la primera "disco" a la que fuí, ahí tomé mi primer cerveza y muchas primeras cosas que una adolescente vive. Ya había contado, que de hecho ahí decidimos celebrar la Cha y yo nuestros quince años. En Salvatierra nos sentíamos en casa. También, desde ese año se hizo constumbre pasar con mis abuelos las vacaciones de semana santa, el verano y las de fin de año.

Igual que nosotros, había otros chavos que iban a vacacionar a Salva por los mismo motivos. Ellos vivían en otra ciudad, pero ahí vivía su familia.
Con algunos de ellos hice buena amistad, platicabamos y nos divertíamos.

Seré sincera contando que yo tenía una amiga que ella y, más su hermana menor, eran unas rompe corazones. Así que no era extraño que vinieran chavos a contarme sus penas de amor y trataran, a través de mi, de estar cerca de estas dos niñas. Entre desamores y fiesta, acabamos conociéndonos más y siendo amigos.

Con el tiempo, fue pocos con los que mantuve el contacto. La vida en León me absorbió y Salvatierra se volvió estricto para vacacionar por cortos periodos. Casi veinte años después me entero de las vidas de algunos y, mejor aún, reestablezco el contacto.

¡Ahí es a donde quería llegar!
Un amigo que veía en Salvatierra, que me caía rebien aunque fuera chilando (jajajaja que quieren así era yo de fea), que me encantaba platicar con el y que era en muchos casos mi salvoconducto para lograr volver más tarde de una fiesta ¡ha vuelto a mi vida.

Hemos platicado poco, pero hasta ahora lo encuentro igual en sus palabras, muy animado con la vida y simpático como siempre. Nos faltarán los días para enterarnos de todo.


Si en una época le reclamé a la vida que me quitara gente, ahora le agradezco a la tecnología y a Dios mismo por devolverme gente buena querida. Gracias Mich por ser el intermediario para que yo vuelva a estar en contacto con mucha de esa gente que quise en Salvatierra.


¡Soy feliz! ¡Ah! Esto pasó en viernes.


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